lunes, 27 de octubre de 2008

Santiago Otheguy: “Con el cine a otra parte…”


Santiago Otheguy vive en Francia desde 1994, aunque él se define a sí mismo como un “nómade”. Viajó allá para estudiar y decidió quedarse “con la que hoy comparte su vida”. Trabajó como asistente de dirección de Juan Solanas en Nordeste (2005) y allí empezó a pergeñar el que hoy es su primer largometraje La León (2006) con el que recibió una mención especial del jurado, ni más ni menos, que del codiciado FESTIVAL DE BERLÍN.
Con él quisimos hablar de su visión sobre el panorama del cine argentino, la temática gay lésbico travesti transexual en la pantalla, la discriminación homosexual y el racismo en Europa, el resurgimiento de grupos neo nazis y fascistas, entre otros temas; para que nos ubique, desde su perspectiva y nos situé a la Argentina en relación con el mundo.


GR: Santiago ¿Cómo fue el proceso de gestación y desarrollo de La León?

SO: Filmamos una primera parte en el 2005 durante unos 10 días. Era una reducción de la idea final de La León, algo asi como un corto que nunca llegó a existir como tal, pero que sirvió de plataforma, para seguir adelante hacia el largo. Un año después volvimos a la Tercera Sección del Delta, a filmar unas cuatro semanas mas y completar la historia. La película contiene finalmente escenas e imágenes de las dos etapas

GR: ¿Cómo fue filmar en el Delta Argentino, trabajar con actores no profesionales residentes de las islas?

SO: Fue un rodaje muy exigido por las condiciones naturales del lugar y la escasez de medios de producción. Pero el Delta es un terreno cinematográfico tan fértil e intenso que finalmente los problemas no lograron afectarnos tanto. La película necesitaba cierto rigor formal que no fue fácil implementar. El agua lo hace todo más engorroso y produce mucho aislamiento. La película se filmó cerca de la frontera con Entre Ríos. La gente de la zona contribuyó en todos los aspectos del proyecto. La película se nutrió de lo que los isleños nos iban contando o mostrando. Algunos trabajaban con nosotros en el equipo. Otros solo actuaban. Trabajar con no actores no plantea tanta dificultad siempre y cuando se cree un clima de confianza. Casi todos los no actores, son gente que fuimos conociendo a medida que avanzábamos con la película. Poco a poco, se fueron convirtiendo en sus personajes.

GR: Cuando nos encontramos en el BAFICI, elogié el tiempo de tu película, las pausas que te permitías. Donde la imagen era protagonista del relato e ibas construyendo la historia mostrando la fotografía del paisaje del Delta Argentino y su contexto socio-cultural ¿Crees que la velocidad de la televisión y esta cultura de “video-clip” contagió la estética del nuevo cine?

SO: No creo que la estética de "video clip" haya contagiado en particular al cine argentino. Diría más bien lo contrario. Lo que si es evidente es que la velocidad de la que hablás es el ritmo generalizado de la transmisión de la información, sea cual sea su contenido. El cine es uno de ellos, pero un noticiero, por ejemplo, va tan rápido que uno, no tiene tiempo de producir una idea sobre la imagen que esta viendo. Pienso que una imagen debe ser un objeto afectivo pero también un espacio de pensamiento, justamente. Quien hoy por hoy, no se pliega al ritmo dominante, se encuentra inmediatamente fuera del sistema. Pero eso no impide que siga habiendo todo tipo de cinematografías. Lo que es difícil, es encontrar medios para financiarlas. Los cineastas de la Nouvelle Vague, eran hijos de le liberación y de la cinemateca. Hoy por hoy, los nuevos cineastas son los hijos de la globalización y de la televisión. Pero no se, si una cosa es mejor que otra. Somos producto de nuestro tiempo. Lo que es nefasto es la ignorancia y la prepotencia.

GR: Leí una nota que te hicieron en Pagina 12; dónde donde discutías con Camila Toker sobre el nuevo cine. La era digital, permitió que muchos jóvenes cineastas llegaran a la realización de sus proyectos, pero junto con este beneficio, vino el perjuicio de que se filma, sin un respeto ni cuidado por la imagen, sin compromiso estético…

SO: La pregunta es qué hacer con los medios que ofrece el cine. El cine puede ser cualquier cosa y hacerse con medios muy diversos. Puede ser: una obra de arte mayor, una simple distracción, un objeto publicitario, una gran mentira o una gran verdad, un cuento poético inofensivo o propaganda nazi. Agarrar una cámara y filmar una historia, implica pensar el mundo y elegir que y como transmitir algo. Para mi, es una cuestión de lenguaje o de estilo por así decirlo. Y los estilos son tan variados como las miradas.

GR: ¿Por qué elegiste la temática homosexual para realizar tu primer largometraje?

SO: Es sumamente interesante y revelador lo que provoca la homosexualidad en el otro, en el que la rechaza. En definitiva, me interesaba filmar algo sobre las pulsiones. Creo que en la película, se ven algunos de los mecanismos de la discriminación, del poder y de la dominación, de la frustración y de sus efectos devastadores. Es una película sobre los hombres. La homosexualidad contribuye en el relato a percibir las fuerzas en oposición, con simpleza y claridad. Creo que el miedo (el miedo a lo distinto, al otro, a nuestras pulsiones etc.), es el principal alimento de la opresión y es la base de toda discriminación.

GR: La mayoría de las películas sobre la temática gay, del cine comercial, no pasan de plantear la problemática sobre asumir la propia homosexualidad (salir del closet) ¿por qué crees que no se ahonda en el tema? ¿No se plantean otro tipo de conflictos?

SO: Es que el cine comercial justamente no ahonda en nada. Lo único que hace es homogeneizar y crear estereotipos. Si no se plantean otros conflictos ligados a la homosexualidad, es que, para poder pensar la homosexualidad, hay que aceptarla. Y la aceptación de las diferencias, no es lo que predomina en el pensamiento actual en general, ni en el cine comercial en particular. Todo lo contrario, el cine al que te referís, es la vanguardia del comercio y el comercio necesita estereotipos.

GR: Incluso en comparación a las películas sobre temática gay, hay muy pocas películas hechas con seriedad sobre lesbianas; y muchas de ellas son con un trasfondo condenatorio (la mujer casada con hijos que deja a su marido para irse con otra mujer).

SO: Yo no ví “Spider Lilies de Zero Chou“, la película que ganó este año el Teddy Award en Berlín, es sobre dos lesbianas Chinas y parece ser buena. (Nosotros obtuvimos con La León la mención especial del jurado).

GR: ¿Por qué elegiste radicarte en Francia?

SO: Me vine a estudiar siguiendo los pasos de la que hoy comparte aun mi vida. Después empecé a filmar y a trabajar acá. Pero vivimos una vida nómade, yendo y viniendo entre los dos países.

GR: ¿Cómo vive la sociedad Europea el tema de la homosexualidad? ¿Cómo es la vida en el “barrio rosa” de Paris? ¿Hay una mayor integración o la discriminación funciona igual en todas partes?

SO: En Europa hay mayor aceptación e integración que en la Argentina. En el Marais, barrio central de Paris, los homosexuales se expresan abiertamente. Las Gay Pride, convocan multitudes y temas como el casamiento o la adopción tienen un espacio relativamente importante en el debate público. Asi y todo, el nivel de discriminación que se vive aquí es muy alto comparado con el avance social y el nivel educativo de los Europeos. Filmando La León, pudimos ver como ciertos mecanismos que uno cree ser producto del desarrollo, son en realidad, asuntos más primarios y generalizados. La no aceptación de la diferencia es casi universal. El extranjero, por ejemplo, es un catalizador de todos los males propios. Esto sucede entre el francés y el musulmán, de igual modo, que entre los isleños del Delta y los misioneros o paraguayos que vienen a buscar trabajo. Uno querría creer que, en la micro sociedad precaria y aislada del isleño, reina la solidaridad. Pero la tolerancia y la aceptación, no tienen nada que ver con la condiciones de riqueza o de desarrollo. Tienen que ver con nuestras pulsiones y miedos más profundos.

GR: ¿Se siente un resurgimiento de movimientos neo nazis o fascistas?

SO: No tanto. En las últimas elecciones francesas, el Front Nacional, retrocedió bastante. Pero la realidad es que, la discriminación y el odio racial, están muy arraigados en Europa. Francia vive un clima de constante tensión social.

GR: ¿Qué estás haciendo en París ahora profesionalmente?

SO: Estoy con las ultimas etapas de esta película y pensando un poco en la próxima. El 11 de julio se estrena en Francia La León y recién hace 10 días pudimos terminar la copia fílmica. (Esta nota se realizó durante la primera semana de Julio).

GR: En comparación a la producción en Europa ¿Cómo ves la industria cinematográfica argentina? ¿Hay una industria? ¿Cómo se ve nuestro cine en el exterior?

SO: No creo que pueda decirse que haya actualmente una industria cinematográfica. La Argentina tuvo un nivel industrial en los 50'. Representaba en aquella época, la tercera cinematografía en volumen, detrás de los EE.UU. y de México. Eran casi todos melodramas de exportación, pero fue una época, en que se constituyó una experiencia y un savoir-faire técnico importante. Creo que la Argentina, tiene mucho para contar y que, contrariamente a otros países, tiene el conocimiento, los medios y la energía para contarlo. Eso interesa y hace que se lo sigan con atención.

GR: Yo muchas veces veo en teatro, por ejemplo, que hay mucha oferta, muchas salas del circuito off, pero que los grupos de teatro independientes, no cuentan con una estructura que los contenga, no tienen difusión, no encuentran incentivos y terminan haciendo teatro para los familiares y amigos que los van a ver y luego, agotada esta instancia, deben bajar la obra de cartel. Esto también le ocurre al cine independiente. Se filma con mucho esfuerzo una película y luego, por falta de un mercado que lo sustente, los films duran pocas semanas en pantalla.
¿Crees que hay una política, un plan cultural, en Argentina?

SO: En todo caso, no creo que sea una política cultural la propuesta de ley de una diputada, que consistía en exigir que en toda película que tuviese el apoyo del INCAA, deba aparecer un plano de la bandera argentina. El proyecto de ley no prosperó, pero deja constancia que, una política cultural, no es algo bueno o malo en sí. Todo depende en manos de quiénes esté y al servio de qué.

GR: ¿Qué directores argentinos te gustan y por qué?

SO: Me gustan las películas que encuentran un lenguaje propio como las de Lucrecia Martel.

GR: Pasamos del cine mudo al cine clásico y su contrapartida con el cine Ruso, luego el surrealismo, el dogma… ¿Hacia dónde va el cine? ¿Hay una nueva imagen?

SO: El cine de autor vive grandes dificultades. Financiar las películas resulta sumamente difícil. Si embargo sigue resistiendo. No se hacia dónde va. No creo que el cine vaya hacía algún lado.

GABRIEL RUGIERO PARA REVISTA IMPERIO DE BUENOS AIRES, ARGENTINA.
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