miércoles, 16 de noviembre de 2005

Volver a politizar lo gay


Del diario de un joven argentino desencantado con los tiempos que le han tocado vivir.

"Una vida escuchando música disco es un precio demasiado alto a pagar por nuestra identidad sexual".

Bueno, he entregado mis trabajos. Breve descanso tengo, hasta que me den las notas y sepa si tengo que dar finales, o no. Cabe destacar que si tengo que dar finales es un bajón, rebajón, recontra bajón.

Vuelvo entonces, aunque sólo sea momentáneamente, a las andadas (bah, en palabras solamente, ya que debo admitir, a riesgo de casi ponerme a llorar, que nunca estuve en las andadas)

Tremendo quilombo sólamente para comentar un artículo del diario, ¿no? (péguenme por mail)

Dije que para mí la vida sólo tiene sentido si uno hace cosas. Es menester, para ser alguien ante uno mismo, reconocerse por "algo" y como tal asociarse y llevar a cabo acciones en pos de la reivindicación de aquello en que uno cree.

Miles de veces dije que el mal que me aquejaba era no creer en nada, no tener nada por lo que luchar, no identificarme con nada. ¿A qué grupo de exclusión pertenezco yo? ¿A qué grupo humano estoy unido por reivindicaciones comunes?

No soy ni religioso, ni ecologista, ni fans de BSB, ni barrabrava de Boca. No sufro la misma explotación ni tengo las mismas reivindicaciones que los proletarios ni la clase obrera. No comparto intereses comunes con intelectuales, ni industriales, ni grupos políticos. Soy un actor social sin ningún papel que jugar. No soy absolutamente nadie, salvo...

¡Soy puto! Y nada más que puto. Todo lo que soy se limita a ser un puto... ¡y eso no es poco! Los gays son, según veo, uno de los últimos ámbitos que quedan para hacer cosas. Son uno de los últimos sectores excluidos de la sociedad.

Ojo, no quiero pecar de ingenuote, se que el 90% de la población en este momento está excluida de la vida social (piqueteros+villeros+desocupados+subocupados), pero es obvio que no existen las posibilidades para que yo me identifique con la lucha de un desocupado salteño siendo yo un pequeño burgués, con mi computadora y mi pancita llena.

Excusa perfecta para una vida divertida
Pero acá hay algo que falla. El sistema nos da a nosotros los gays la excusa perfecta para pasar una vida divertida pensando cosas, agrupándonos, complotando y prendiendo neumáticos ¡y la desaprovechamos!

La sociedad nos da un regalo muy preciado que le niega a muchos: nos da la razón para resentirnos y confabularnos. Y, en ese momento, nos está dando un sentido a nuestras vidas, una misión, un objetivo por el que luchar, por el que vibrar, llorar, pelear, sentirse vivo y escapar del vulgar tedio de la vida en la sociedad de consumo.

¿Y que hacen los gays? Cogen, bailan, cogen, bailan, chusmean, bailan y cogen y cogen y cogen.

Se identifican como gays, obvio, y forman el grupo más cohesionado conocido. Tienen una energía de acción infinita (son miles) pero la desperdician en cosas aburridas. Se nuclean para coger, chusmear y bailar y nada más.

No tengo nada contra esas tres cosas. Es más, creo que son una maza las tres, pero les falta el factor “aventura”.

Por eso los gays temen tanto a la vejez, porque se identifican con la sociedad nada más a partir del sexo y de la movida disco, y es obvio que cuando se vuelven feos esto ya no funciona y pasan a no ser nadie.

Sí, una persona que se identifica como gay "disco" se siente bien, se siente parte de un grupo y la pasa joya agitándose al ritmo de Madonna y sudando y aullando salvajemente en el telo de turno. Pero a su vida le falta el sentido general que justifique su existencia. Un gay "contestatario", que se cree con una misión en este mundo, tiene algo por lo que vivir. ¡Por alguna puta razón está acá!

F.L.H.
Para repasar como llegamos a esta calamitosa situación, remontémosnos en el tiempo hasta 1971, cuando, bajo la influencia de las revueltas gays de Stonewall y del mayo francés y del cordobazo y bajo un régimen de relativísima tolerancia, surge en la clandestinidad el Frente de Liberación Homosexual (F.L.H.). Obviamente perseguidos, algunos encarcelados, otros asesinados (aquellos eran tiempos en que pasaban cosas telenovelescas, no como ahora), desarrollaron cinco años de divertidísima existencia.

Eran un grupo de putos marxistas (como todos en los ´70) que adaptaron el imaginario marxista a la sexualidad, dando como resultado teorías pintoresquísimas. Así, la sociedad de explotacion capitalista existe bajo una sistema patriarcal, en el cual el hombre somete a la mujer y a los hijos en la familia, institución difusora de la moral burguesa. Es la familia la que se encarga de inculcar en la mente de los hijos esta moral, para que luego ellos, a su vez, sometan a su mujer y a sus hijos.

Por eso se ligaron aquellos putos marxistas con grupos feministas de izquierda de la época: tanto los gays como las feministas reaccionaron contra el machismo, conjunto de normas infundadas tendientes a la dominación de la mujer, las cuales también atacan a los gays porque el gay ofende las bases del machismo.

Marxistas anti-machistas
¿Pero por qué existe el machismo y la dominación patriarcal que infunde las normas éticas antigay? Para los marxistas, los trabajadores tienen que estar totalmente dominados psicológicamente por la burguesía, para que no se den cuenta de que están siendo explotados. Por eso se les lava la cabeza en el colegio, en la iglesia y en la televisión, haciéndoles creer que la explotación que sufren es justa.

A su vez, esta dominación impone mediante estos métodos una ética según la cual sólo es legal la sexualidad (heterosexual pene-vagina) que tienda a la reproducción, siendo "pecado" las relaciones anal, oral, u homosexual.

Esto tiene como objetivo a) que el trabajador reserve fuerzas para el trabajo y deje la sexualidad para la producción de nuevos trabajadores (hijos) que lo reemplacen cuando muera y b) disciplinar al hombre, mediante la disciplina de su cuerpo, para tenerlo cortito: se le domina poniendo normas que lo controlen en todos los ámbitos de su vida privada, tendiendo a que sirva lo máximo para trabajar.

Así, esta gente simpática aliada con las feministas, embisten contra los padres y la familia, fuentes del machismo y la opresión sexual de la sociedad.

Van a marchas y los corren a patadas. Reparten volantes y hacen un diario en forma clandestina ("Somos"). Su objetivo es luchar para cambiar radicalmente a la sociedad. Al final, en el ´76, Videla y sus amigos comienzan su pintoresco "proceso de reorganización nacional" y los cagan a tiros a todos. Los que se salvan se esconden o huyen.

C.H.A.
Esto dura hasta el ´82 en que Raulcito Alfonsín asume y con él la democracia y todo un retornar de las ideas liberalizadoras: huyendo del caos de la dictadura, casi todo está permitido.

En este contexto surge la C.H.A. (Comunidad Homosexual Argentina, para los ignorantes). Éstos ya son un poco más aburridos. Carlos Jáuregui y sus secuaces ya no quieren cambiar a la sociedad: quieren que la sociedad, tal como es, los acepte a ellos.

Ya no quieren conquistar al mundo. En vez de resentirse contra la sociedad y decirle, "Ustedes son mierda, nosotros somos distintos a ustedes", van haciéndose los buenitos, diciendo, "Nosotros somos iguales a ustedes, acéptennos".

Y bueno, parece que le dan lástima a la gente y la idea gana. Aparece la tolerancia (ver lo desagradable del término: se tolera algo "inferior").

Pero igual, el cretino de Jáuregui (murió de SIDA en el ´96, creo) bien que vivió, bien que se divirtió: "El 20 de setiembre de 1984, en ocasión de la presentación del informe de la CONADEP, una columna de la CHA decide acompañar a los organismos de derechos humanos a la Plaza de Mayo... Un grupo de 100 aterrorizados homosexuales y lesbianas nos encontramos en Perú e Hipólito Irigoyen. Sabíamos que delante nuestro había una multitud calculada en cincuenta mil personas. (Desplegamos la bandera con el nombre). Primero miraban asombrados, después... los aplausos que, sabíamos, no significaban nada y significaban todo". NOOO!! Cuando leí eso me dieron escalofríos, en serio ¡Yo quiero estar aterrorizado! ¡Y quiero que me aplaudan! ¡Para cosas como esas vive uno!

Bronceador, gym y de cómo la felicidad estupidiza al hombre
Bueno, Jáuregui y sus amigos de la C.H.A ganaron ampliamente la lucha. La antidiscriminación se puso de moda, la homosexualidad pasó a ser garantizada legalmente (Constitución Ciudad de Buenos Aires ´ 95, abolición de edictos policiales, etc.) y respetada socialmente, acorde a un cambio de mentalidad rotundo. "Hace 10 años discriminar a los homosexuales era una actitud socialmente bien vista y la persona que se atrevía a defendernos era sospechada (...) hoy una persona que discrimina es sospechada".

Más de cientos de pubs, discos, saunas, cines, hoteles y publicaciones salieron a la luz y las nuevas generaciones de putos, que alcanzaron la plenitud sexual luego de 1996, se encontraron con unas facilidades increíbles y con un mundo abierto a su desarrollo, ignorando cuan jóven era éste, y cuantas vidas había costado (vos, ¿sabías que este mundo en el que vivimos empezó en el 93/94, y que antes lo gay no existía?).

Así, el ambiente propicio generó una generación de putos descerebrados e imbéciles, sin conciencia social de grupo, sin posibilidad de reflexionar sobre ellos mismos, su historia y su rol social, y sin posibilidad de armar un poco de bardo para divertirme a mí un poco.

Las lokas de hoy en día tienen miedo de subirse a un colectivo (está lleno de negros) y se da un fenómeno curioso: el 100% de los boliches están en Recoleta y el 95% de los putos son de clase alta. ¿Cómo es esto? La gente de clase media-baja, los intelectuales y artistas que tienen sexo con gente de su mismo sexo, no se consideran homo, se consideran hetero, ya que asocian a los homos con las lokas. La gente que verdaderamente tiene potencial de "fabricar" alguna idea de movimiento, de vanguardia, de creencia, de fin, de algo, la gente que tiene capacidad de pensar, no se reconoce como gay. Y la gente que se reconoce como gay, es socialmente inútil.
......
Nota al pie: Encima, ¡ser bi está de moda! Todos los intelectuales, artistas, modernos, ravers y la gente que está en la vanguardia, es bi, pero al ser bi, no tiene conciencia de puto y no sirve.

Nota al pie 2: El próximo paso de la evolución es éste, que seamos todos bi, y que como no haya moral ni ética que frene la sexualidad, todos nos acostemos con gente de cualquier sexo y no le demos importancia. En esto es en lo que andan estas vanguardias. Ser 100% gay es igual de retrógrado que ser 100% hetero... ¡¡ Pero a mí no me importa!! Yo quiero tener miedo y que me aplaudan.
......
Pero esta gente se olvida de algo importantisimo. Reniegan de las lokas, se olvidan de ellas y en ellas reside nuestro poder.

Nuestro poder deriva de un pequeño desajuste entre la legalidad judicial y la legalidad moral media. Tenemos derecho constitucional a "ejercer" de putos. Sin embargo, el ejercer de putos puede llegar a desbarajustar a la sociedad toda. El 90% de la población quedaría traumado por una semana al ver a dos putos besándose en la calle. ¡Aquí está nuestra arma! En el desbarajuste mental de la sociedad mediante el patetismo surrealista. Que nos permita destruir a la sociedad como querían los del F.L.H.

Para eso, tenemos que encargarnos de sacar a las lokas de dentro de Oxen, Amerika, Contramano y Palacio (sólamente a las 20.000 o 30.000 que estarán a la vez cualquier sábado en los boliches de la ciudad) y soltarlas a la vez a lo largo de la Avenida Rivadavia, desde Once hasta Liniers.

¡Cataclismo general! ¡Choques de autos! ¡Viejecitas en terapia intensiva! Todas las unidades de terapia intensiva del SAME movilizadas, cortes de calle, todas las madres del país yendo a buscar a sus hijos, sacándolos de las calles. ¡Y potenciación explosiva! ¡Todos los medios en vivo! ¡Se expande la noticia y el terror! Dicen que son miles y avanzan... ¡¡INVADEN!! ... ¡Se comen a nuestros hijos! Huida generalizada, embotellamiento en la General Paz, se suspenden los servicios públicos, robos de supermercados... Uruguay aprovecha e invade la capital... A la mañana siguiente, el país es nuestro.

Epílogo
El problema que tenemos hoy en día es que nos ocultamos, es que no salimos todos, el millón de gays que hay en el país, a las calles como si nada. Cuando termine de aburrirme del mundo me voy a meter a repolitizar lo gay. Ésta podría ser mi tarea en la vida: sacar a los gays a la calle para que se naturalicen. Y empezaría , ahora que me pongo a delirar, con la Marcha del Orgullo.

En vez de esa payasada que pasa totalmente desapercibida, haría carnavales en todos los barrios y con todo tipo de gente. Inventaría la semana trolosurrealista, proyectaría Bruce Le Bruce en el San Martín, haría recitales de punk gay y, a la noche, fiestas gays abiertas en todos los barrios, fogatas en las plazas públicas, pintadas de la bandera multicolor en los perros callejeros. Me pondría de lleno en la fabricación de una semana surrealista, de un evento a nivel ciudad, que mueva a todo. Es totalmente al cuete, pero no tengo otros objetivos en mi vida.

Domingo, 15 de julio de 2001.
10:58 horas
Joaquín

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